Era una noche calurosa, el calor no me dejaba dormir, decidí darme una vuelta por la calle a ver si me relajaba. Mientras fumaba un cigarrillo, deje mi mente en blanco, y al parecer el fresco nocturno de verano dio sus frutos. De momento empece a sentir otro tipo de calor, salia desde mis adentros, empecé a sudar, y todo ello con los mas puros pensamientos respecto al contacto carnal. Si, te vi apoyado en un portal, nos miramos y sin mediar palabra, nos acercamos el uno al otro, necesitaba tu mano acariciando mi rostro, empezamos a mirarnos fijamente a los ojos, hablando sin mover los labios... de momento su mano empezó a bajar por mi espalda, mientras yo me estremecía de placer. Puse suavemente mis manos en sus mejillas, y sin dejar de mirarnos, la lleve hasta que nuestros labios se unieron en un solo, sentí un profundo escalofrío de placer. El bajó sus manos hasta mi cadera, e introdujo sus manos por dentro de mi pantalón y ropa interior, me cogió una nalga con ca