Sentado en una butaca, mirando el mar, con la mirada perdida en el horizonte y con una media sonrisa maliciosa, pienso… ¿lo lamento?... Noooooo, ¿lo lamentaré? …. Lo dudo, ¿lo lamentan?... quizá, ¿lo lamentarán?… depende de ellos. Todo acto tiene su consecuencia, así que … mira dentro de ti, observa aquellos actos que has hecho, piensa con que finalidad los hiciste, y tú, solo tú, sabrás cual es la consecuencia. Te lo dije, por todo se paga un precio, y tu sabes cual es el precio a pagar. Aceptando las condiciones contractuales, aceptaste las consecuencias que en ello había, y este contrato no tiene letra pequeña. ¿Lo lamentas?... Carlos Renau